QUE FEO COCINAS.

"Un hombre que había huido de una cárcel del estado brasileño de San Pablo recorrió unos 2 mil kilómetros, a pie y a dedo, para regresar a prisión porque estaba "pasando necesidades" y se había "cansado de la comida" de su madre. El caso de Eriomar Nogueira, de 35 años, sorprendió a las autoridades de la prisión de Taubaté, no sólo por su decisión de regresar a un calabozo ocho meses después de escaparse, sino también por las razones que lo llevaron a ello. En su fuga, consiguió llegar al donde reside su madre. Arrepentido y convencido de que estaba mejor en prisión, optó por regresar y hasta quiso entregarse en alguna comisaría por el camino, pero señaló que "nadie" quería arrestarle, pues no había orden de busca y captura contra él a nivel nacional. Sin dinero, recorrió a dedo e incluso a pie casi 2 mil kilómetros hasta la cárcel. Allí había estado preso dos años y aún deberá permanecer otros ocho, hasta completar la pena de diez que le fue impuesta debido a reiterados robos y hurtos".

* Mamita querida
con mucha pena te debo decir,
que tu comida apesta;
y por eso a la carcel me vuelvo a ir.

* Siento contrariarte
pero no se que más hacer,
tus guisos me provocan;
retortijones cada dos por tres.

* Pensé que lo soportaria
juré que no me hiba a molestar,
pero que quieres que te diga;
¡¡¡ ya no aguanto más!!!

* Diez años no son nada
gracias a ti no los sentiré,
pues el Alcalde me a prometido;
que aquí si hacen bien de comer.

* Así que ni se te ocurra
llevarme algún entremes,
los guardias están advertidos;
y tus nefastos guisos harán desaparecer.

* Ahora comprendo a mi santo padre
ya se porque nos abandonó,
por culpa de tus cochinadas;
nunca más regresó.

* Me voy, madre querida
no intentes detenerme,
pues nunca más volveras a verme;
hasta que cocines de forma descente.